martes, 24 de noviembre de 2009

A 59 días de uso...



El panorama cambia rapidisimo con el disyuntor, el espacio que se hizo con el quiebre del paladar se va consumiendo solo, ya no lo ajusto más sino que ahora tiene que formarse el cayo nuevo (el hueso) y el diente se adelanta cada vez más, parece que quiere irse volando. Parece que antes de mejorar, mi dentadura va a empeorar del todo, jajaja.

En unos días me lo sacan, ¡por fin!.

El gran problema del disyuntor es la HIGIENE. Porque por mucho esmero que le pongas, creeme, siempre queda algo que no podés limpiar bien, por ejemplo la chapita de arriba que lo une.

Yo tengo un cepillito unipenacho y uno de cerdas suaves, y queda limpio luego de un arduo trabajo... pero nunca del todo.

Por lo demás, ya a esta altura estoy acostumbrada a tener la cara más larga y a morder con el disyuntor, aunque tragar es complicado, se soporta.